Pobre Latinoamérica

La ICAR es una institución retrogada que nunca ha querido desengancharse de su adicción al poder, como Ixoidea sobre la epidermis de cualquier criatura de clase mammalia. Se trata por tanto, de una mafia de purpurados que no respetan el Estado de Derecho allí donde pueden, y en donde no pueden, se sienten perseguidos y acosados como zorros reos de justicia después de haber masacrado un gallinero.

Los obispos de Guatemala instan a no obedecer la ley de educación sexual en la escuela

La Iglesia en Guatemala instó a no obedecer el Reglamento de la Ley de Planificación Familiar, que faculta a las escuelas a enseñar educación sexual a los niños, pues contradice la Constitución y vulnera el derecho de los padres a decidir la formación de sus hijos en materia sexual. Dicho reglamento ordena que las escuelas incluyan como materia la enseñanza de educación sexual y reproductiva desde primaria. Además señala que se debe garantizar el acceso a métodos de planificación familiar artificiales. Ante ello, la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) emitió un comunicado en el que exigió respetar el derecho de los padres a educar a sus hijos en temas como la sexualidad, y que este no debe ser derivado a las escuelas.

Esta es la manera de actuar de la mafia eclesial, desafiar a las instituciones democráticamente elegidas mediante voto popular. No me extraña que para la ICAR, Montesquieu y su Espíritu de las Leyes sea un auténtico demonio (la Iglesia lo incluyó en el índice de libros prohibidos).

Pobre Latinoamérica, mientras éste paupérrimo, atrazado, hambriento, desangrado, olvidado, repudiado y violento lugar, intentan como puede mejorar las condiciones sociales de sus habitantes mediante una buena eduación sexual que evite abortos y sobre todo, un insostenible crecimiento demográfico de función exponencial cuadrática, que sólo causa más pobreza y lastra el crecimiento y desarrollo económico; los mercenarios de la Curia Romana hacen llamamientos a la brutalidad y barbarie, porque pretender que Latinoamérica sea para siempre lo que es actualmente, es simplemente una malvada y bien pensada justificación que les viene muy bien, un circulo vicioso igual de doloroso que las torturas de las ruedas de la Santa Inquisición, de una exquisita y exacta precisión de circunferencia goniométrica, un déjà vu a la Edad Media.