BIOHAZARD!

Este blog no va dirigido contra los fieles o seguidores de alguna religión en particular. Entendemos que la libertad de conciencia y religiosa son derechos humanos inalienables. Pero no se sorprenda si aquí ponemos a caer a la altura de una mierda pegada a un zapato a los fanáticos que en nombre de la religión o cualquier deidad, predican odio e intolerancia contra gays, ateos, masones, judíos, inmigrantes y mujeres. Tampoco odiamos a la religión ni a la gente religiosa, pero si que somos hostiles a algunos de sus planteamientos dogmáticos y totalitarios que buscan imponer verdades únicas.

Si Ud. estimado lector cree que somos unos empedernidos relativistas está Ud. en lo cierto.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Dialogando con un homófobo

Hace días googleando me encontré un blog, e igenuamente empecé a leerlo (no tenía mala pinta), y el tipo tampoco; cuando de repente apareció una entrada con un más que particular título: "Sacan a Dios de las escuelas para que entre la homosexualidad", bueno, pero eso ya fue refutado por mí aquí.

Hoy al hombrecillo le ha dado por postear acerca de las bondades de la ICAR, su genial legado que ha dejado a occidente (Catedrales, arte, música, literatura, filosofía), eso si, con el rigor popular de "todo er mundo es güeno". Yo le he refutado y le he hablado de la Inquisición (él había intentado minimizarla en el post, reduciendo el número de víctimas que se sabe que fueron miles, a una ridícula cifra de unos cientos). Le hablé del sitio de Beziers y el exterminio de los albigenses, lo cual lo justificó argumentando que "eran seguidores de una oscura secta de origen asiático", o sea, que eran herejes, pecadores que se atrevieron a desafiar al papa (calificando a la ICAR de La Puta de Babilonia) y que por ello fueron exterminados. Entonces, ello prueba que la ICAR nunca ha sido muy amiga de la libertad religiosa, que tal como dice Fernando Vallejo "Reprime a las demás religiones donde manda y exige libertad de culto donde no manda".

Le hablé de las bulas papales y no respondió nada: sabe que son hechos históricos incuestionables e irrefutables. Nadie en este mundo tiene derecho a ser infalible (todos los papas se han autoproclamado infalibles) ni a estar por encima de las leyes cual Berlusconi en Berluscolandia. El que calla otorga.

La verdad es que el diálogo no estuvo mal, pues el tipo fue bastante amable y educado, yo ingenuamente así lo pensaba, hasta que me dió por revisar todas sus entradas acerca de la homosexualidad, a la que compara como una terrible enfermedad culpable de todos los males actuales de la sociedad, la cual debe ser tratada por algún loquero. Una pena.



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