BIOHAZARD!

Este blog no va dirigido contra los fieles o seguidores de alguna religión en particular. Entendemos que la libertad de conciencia y religiosa son derechos humanos inalienables. Pero no se sorprenda si aquí ponemos a caer a la altura de una mierda pegada a un zapato a los fanáticos que en nombre de la religión o cualquier deidad, predican odio e intolerancia contra gays, ateos, masones, judíos, inmigrantes y mujeres. Tampoco odiamos a la religión ni a la gente religiosa, pero si que somos hostiles a algunos de sus planteamientos dogmáticos y totalitarios que buscan imponer verdades únicas.

Si Ud. estimado lector cree que somos unos empedernidos relativistas está Ud. en lo cierto.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Gilipolloces, tonterías, mierda, vómito y diarrea verbal.

Googleando me he encontrado con estas perlas de una güeb, como no, ultracatólica:

Totalitarismo, dogmatismo y fanatismo en estado puro:

"Los homosexuales pueden casarse igual que cualquier otro, con los mismos derechos y obligaciones que los heterosexuales. Es decir, sólo con otra persona y sólo del sexo opuesto y que tenga cierta edad y dé su consentimiento."

O sea, o nos volvemos heteros  o a la hoguera,  ¡dios! después de tantos años y esta gente no ha cambiado nada.

Curas meapilas con la vesícula seminal atascada de semen debido a que reniegan del sexo y del matrimonio para ¡sí mismos! Gente que no tienen ni puta idea de cómo es la convivencia familiar y mantienen un estilo de vida antinatural de brutal represión sexual, que algunos alivian abusando de niños; dando lecciones de matrimonio y vida familiar.


"Que un homosexual se queje de discriminación porque no le dejan casarse con alguien del mismo sexo es como si un polígamo se queja de discriminación porque no le dejan casarse con varias mujeres, o un pederasta con un niño, o un secuestrador con su secuestrada (en muchos países aún se practica el secuestro de mujeres para casarse). No hay discriminación con ninguno: la ley es igual para todos y la sociedad tiene un modelo de matrimonio que ha demostrado su eficacia durante siglos."


Simplemente obtuso, imbecil, infantil y estúpido, porque comparar la amistad de dos ancianas que viven juntas y sólas con dos hombres que se quieren, es simplemente una de las mayores burradas que he llegado a leer en las güebs católicas. Y la lista sigue; es que están obsesionados con el sexo, son sexófobos, pero, ¿Cómo pretenden que cuatro amigos conviviendo en un piso sea comparable a una relación afectivo-sexual entre dos hombres? Esta gente se ha quedado en la Edad Media, de eso no hay duda.


"Dos ancianas que viven juntas, tres hermanos en una casa, cuatro amigos que comparten piso desde hace seis años... Tienen una relación con afectividad, compromiso y convivencia, igual que puedan tener dos homosexuales. Sin embargo, se ven privadas de las ventajas legales del matrimonio gay porque no practican sexo entre ellos. El matrimonio gay en realidad premia a los practicantes de cierto tipo de sexo, privilegiándoles sobre otras convivencias afectivas y estables. Es evidente la diferencia con el matrimonio verdadero, que premia la complementariedad hombre-mujer estable y abierta a la generación y crianza de los hijos."

Severa paja mental y cutre analogía. ¿Pero qué tiene que ver la teoría económica con el matrimonio? A este se la ha olvidado que la vida de pareja es algo estrictamente privado. Nadie intercambia ni vende o compra matrimonios. Pero veo que al resto de los mortales nos afecta el celibato represor sexual de estos prefectos del Santo Oficio. La humanidad está pagando caro la superpoblación.


Muchas personas piensan que no les afecta en nada que los homosexuales se casen. Es lo mismo que pensar: “no me afecta en nada que haya gente que haga circular falsos billetes de 100 euros, yo soy honrado y no los usaría, de hecho casi nunca veo billetes de 100 euros”. 

Misoginia en estado puro. La Iglesia nunca ha ocultado su lado más misógino, porque culpar a los gays y a las mujeres de las barbaridades de Abu Ghraib no tiene ni pies ni cabeza. Lo peor es que las libres y modernas democracias occidentales deben preocuparse por lo que piense la tiranía China, esto es de locos, unos curas defendiendo y subiendo al pedestal de la moral a un país anticristiano y totalitario como China. Estos viejos verdes chochean. Tambien se atreven a preocuparse por el machista mundo islámico, atacando a las mujeres occidentales por su forma de vestir, de la misma manera que lo hacen los Imanes.



La mayoría de los musulmanes del mundo conocen poco de Occidente y de su democracia. Lo que conocen es básicamente lo peor: que producimos pornografía, que la exportamos en grandes cantidades, que –a sus ojos- nuestras mujeres visten impúdicamente, y que estas mismas mujeres, cuando se les da un cargo en una prisión (ver Abu Ghraib en Irak), vejan, humillan, desnudan y filman pornografía con los prisioneros y la hacen circular. Algo parecido piensan en la China comunista, incluso en las masas populares de la democrática y anglohablante India. Tiranos y fundamentalistas islámicos o comunistas señalan con razón estos y otros elementos para justificar en sus países que “lo que los occidentales llaman democracia es vicio y degeneración”.

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